Carlomagno.
El Imperio Carolingio marcó el inicio de
muchas cosas en Europa, y entre ellas, el de una nueva concepción de las
relaciones entre Iglesia y Estado. Carlomagno se veía a sí mismo como un
defensor del cristianismo en general, y de la Iglesia Católica en particular.
Si se suma a esto el hecho de que los monjes eran los únicos que en su tiempo
sabían leer y escribir, es comprensible entonces que Carlomagno buscara la
ayuda de los canónigos para crear un sistema educativo nuevo.
El aliado de Carlomagno en estos menesteres fue un monje llamado Alcuino de York, quien no por casualidad, era anglosajón. Alcuino y Carlomagno se encontraron en 781, y al año siguiente, Carlomagno lo llamó para que le ayudara en su reforma. De esta manera, Alcuino fue uno de los principales promotores de la reforma educativa. Las escuelas episcopales fueron los grandes centros educativos de la época (grandes en Europa, porque eran harto rudimentarias en comparación a las universidades contemporáneas musulmanas en El Cairo y Córdoba). En Aquisgrán, la capital del Imperio Carolingio, fue creada la Escuela Palatina, cuyas funciones podían asimilarse a lo que actualmente es una universidad.
También esta injerencia de la Iglesia en la labor educativa, promovida y alentada por Carlomagno, produjo como resultado que la principal manifestación cultural del Renacimiento Carolingio fuera la Teología. Carlomagno tenía sumo interés en definir de común acuerdo con la Iglesia lo que era dogma de fe, a fin de convertir a la religión en un instrumento político de unidad imperial. Esto explica tanto la intensa actividad colegiada de la Iglesia, que se manifestó en el Sínodo de Frankfurt y en el Concilio de Aquisgrán, y también en el nacimiento de algunos dogmas que después serán centrales en la teología católica, como por ejemplo, el de la transubstanciación.
Todo lo anterior significa que el Renacimiento Carolingio, a diferencia del Renacimiento italiano propiamente tal, no es humanista ni antropocéntrico, sino que está centrado en aspectos teológicos y católicos. Sin embargo, es un renacimiento porque por primera vez desde la caída del Imperio Romano se difundió en el continente europeo, a escala masiva, la fenecida cultura latina.
El aliado de Carlomagno en estos menesteres fue un monje llamado Alcuino de York, quien no por casualidad, era anglosajón. Alcuino y Carlomagno se encontraron en 781, y al año siguiente, Carlomagno lo llamó para que le ayudara en su reforma. De esta manera, Alcuino fue uno de los principales promotores de la reforma educativa. Las escuelas episcopales fueron los grandes centros educativos de la época (grandes en Europa, porque eran harto rudimentarias en comparación a las universidades contemporáneas musulmanas en El Cairo y Córdoba). En Aquisgrán, la capital del Imperio Carolingio, fue creada la Escuela Palatina, cuyas funciones podían asimilarse a lo que actualmente es una universidad.
También esta injerencia de la Iglesia en la labor educativa, promovida y alentada por Carlomagno, produjo como resultado que la principal manifestación cultural del Renacimiento Carolingio fuera la Teología. Carlomagno tenía sumo interés en definir de común acuerdo con la Iglesia lo que era dogma de fe, a fin de convertir a la religión en un instrumento político de unidad imperial. Esto explica tanto la intensa actividad colegiada de la Iglesia, que se manifestó en el Sínodo de Frankfurt y en el Concilio de Aquisgrán, y también en el nacimiento de algunos dogmas que después serán centrales en la teología católica, como por ejemplo, el de la transubstanciación.
Todo lo anterior significa que el Renacimiento Carolingio, a diferencia del Renacimiento italiano propiamente tal, no es humanista ni antropocéntrico, sino que está centrado en aspectos teológicos y católicos. Sin embargo, es un renacimiento porque por primera vez desde la caída del Imperio Romano se difundió en el continente europeo, a escala masiva, la fenecida cultura latina.
En Carlomagno, se
crea la necesidad de conocer esta paideia cristiana, lo lleva a fundar la
escuela palatina, para príncipes y encargados del gobierno,
fomentándoles la lectura y la escritura en lengua latina y adquirieran
así la cultura cristiana. Él mismo, , aprendió a escribir en su vejez. En
una corte parecida a un pequeño Academus,
platónico, erigida por Alcuino de York, enseñaba en las letras a los jóvenes
descendientes de las más grandes familias del imperio. La escuela palatina de
Carlomagno estuvo dirigida por monjes de los que puede nombrarse además de
Alcuino, Gobardo y otros filósofos, que después serán los fundadores de las
escuelas catedralicias o capitulares, y las escuelas monásticas. En estas
escuelas se estudiaba el trivium, esto es la gramática, la retórica y la
dialéctica, y el cuatrivium: aritmética, geometría, astronomía y
música, que son de origen latino. Este movimiento realizado por Carlomagno se
reconoce con el nombre de Renacimiento Carolingio.
APORTES DE SANTO TOMAS A
LA EDUCACION:
El santo doctor no se preocupó de está importante cuestión, Santo Tomás afirmó los principios fundamentales de la Pedagogía, desde la Teología de la educación y la Filosofía de la educación, como punto de partida para estudiar otras cuestiones. Es por ello que encontramos textos que tratan de la educación intelectual, tanto para mostrar la causalidad del maestro como para mostrar la causalidad del discípulo y dedica parte a la virtud de la estudiosidad y al vicio de la curiosidad.
Por otra parte encontramos un conjunto de textos simplemente reconocibles que son los que reseñan la educación de la fe; tomando como modelo la enseñanza de Cristo (Summa Theologiae III), y apoyándose en lo que es educar.
Ahora bien, existe una pequeñísima lista de textos que hablan de la educación en general y obtenemos como ejemplo el análisis del sacramento del matrimonio, cuyo fin no sólo es la generación, sino la educación de la prole.
Asimismo, la existencia de esta Pedagogía de Santo Tomás es reconocida por su fecundidad histórica, que llega hasta el presente. Así, su magisterio oral fue admirado por sus contemporáneos, superiores, profesores y alumnos, es por eso que a su fallecimiento los maestros en artes reclamaran su cuerpo para la Universidad de París, pues ésta "recibió de él el beneficio inefable de su enseñanza.
Por otro lado, su enseñanza influyó notablemente en el carácter educativo de las Universidades tanto la de Salamanca como de las Universidades americanas.
La riqueza auténtica de la Pedagogía de Santo Tomás, y la afirmación que de ella, ha dispuesto la Iglesia, no sólo ratifican su existencia, sino que dan garantías de su importancia para nuestra época y las futuras. Y es que el sabiduría de Santo Tomás ha trascendido su propia época, convirtiéndose en maestro de todo hombre.
Entender la educación como una continuación de la procreación es una idea muy presente en la Pedagogía de Santo Tomás, ya que para él, la educación viene a perfeccionar lo que se inició en la procreación, y El matrimonio está primordialmente determinado para el bien de los hijos, que consiste no sólo en engendrarla, para lo cual no es necesario el matrimonio, sino además en promoverla al estado perfecto, porque todas las cosas tienden naturalmente a llevar sus efectos a la perfección; "promover a la prole hasta el estado perfecto del hombre en cuanto hombre, que es el estado de virtud". Con esta definición educación intenta conseguir promover al niño hasta el "estado perfecto del hombre en cuanto hombre".
Explica Santo Tomás, para la adquisición de la ciencia y la sabiduría es necesario que las personas que desean tenerla, posean una virtud previa, que es la estudiosidad. Es ésta una virtud moral, que disciplina el afán de conocer. La estudiosidad pone la verdad como auténtico objeto del conocer y, por ende, del educar, evitando caer en el vicio de la curiosidad.
Para Santo Tomás, hay que educar para ser adulto, cuando uno deja de estar bajo la tutela de los padres, se supone una madurez, que queda determinada, por la virtud de la prudencia. Efectivamente, la indigencia de la prole debe ser satisfecha tanto por la crianza como por la educación; y en ese sentido, la crianza terminará cuando el niño ya pueda valer por sí mismo en el orden físico, y la educación cuando se valga por sí mismo en el orden intelectual y moral. El "estado de virtud" que propone el Aquinate como fin de la educación lo podemos calificar ahora, en consecuencia, como una mayoría de edad.
La filosofía en Tomás de Aquino siempre ha sido ligada al servicio de la teología. Utiliza la filosofía no solamente para llegar al establecimiento de verdades y principios teológicos, sino que cualquier tema por él desarrollado se adapta al cuerpo de la doctrina católica. Dios como creador de todo lo existente es el eje de la filosofía de Tomás de Aquino. Su inquietud es la de lograr pruebas racionales que demuestren su existencia, sin tener que recurrir a principios teológicos.
En su teología natural el primer objetivo que se plantea Tomás de Aquino es la demostración de la existencia de Dios. La teología tiene cono finalidad estudiar las verdades divinas, sin hacer uso de la fe, y entre la primera y suprema verdad nos encontramos con la de su existencia.
Para Aquino, las pruebas de la existencia de Dios, son necesarias y posibles. Necesarias porque no admitía la doctrina de la iluminación agustiniana, pues el hombre no tiene idea de Dios de manera innata, de aquí la necesidad de su demostración. Y la existencia de Dios es posible ya que, partiendo de la propia realidad, el hombre puede alcanzar el conocimiento divino de un modo natural.Para demostrar la existencia de Dios, tiene como referencia el argumento ontológico utilizado por San Anselmo, el cual considera que no todas las personas pueden entender que Dios sea aquello infinito, inconmensurable que tenemos entre nuestros pensamientos. Aquino en la "Summa contra gentiles" y en la "Summa teologica", critica este argumento, pues según él se produce un salto legítimo que consiste en pasar del mundo ideal o del pensamiento al hecho evidente de la misma existencia real, o sea de la divinidad.Las pruebas de la existencia de Dios no pueden darse a priori, como defendían San Agustín o San Anselmo, sino que a posterior, a través del mundo creado y percibido. Tomás de Aquino era consciente de que no se podía llegar a un conocimiento exacto de la divinidad partiendo de lo corporal o empírico, ya que los objetos de los sentidos no describen perfectamente la naturaleza divina, pero de lo que sí estaba seguro era de que sí que se podía demostrar la existencia divina. doctordelaiglesia.blogspot
El santo doctor no se preocupó de está importante cuestión, Santo Tomás afirmó los principios fundamentales de la Pedagogía, desde la Teología de la educación y la Filosofía de la educación, como punto de partida para estudiar otras cuestiones. Es por ello que encontramos textos que tratan de la educación intelectual, tanto para mostrar la causalidad del maestro como para mostrar la causalidad del discípulo y dedica parte a la virtud de la estudiosidad y al vicio de la curiosidad.
Por otra parte encontramos un conjunto de textos simplemente reconocibles que son los que reseñan la educación de la fe; tomando como modelo la enseñanza de Cristo (Summa Theologiae III), y apoyándose en lo que es educar.
Ahora bien, existe una pequeñísima lista de textos que hablan de la educación en general y obtenemos como ejemplo el análisis del sacramento del matrimonio, cuyo fin no sólo es la generación, sino la educación de la prole.
Asimismo, la existencia de esta Pedagogía de Santo Tomás es reconocida por su fecundidad histórica, que llega hasta el presente. Así, su magisterio oral fue admirado por sus contemporáneos, superiores, profesores y alumnos, es por eso que a su fallecimiento los maestros en artes reclamaran su cuerpo para la Universidad de París, pues ésta "recibió de él el beneficio inefable de su enseñanza.
Por otro lado, su enseñanza influyó notablemente en el carácter educativo de las Universidades tanto la de Salamanca como de las Universidades americanas.
La riqueza auténtica de la Pedagogía de Santo Tomás, y la afirmación que de ella, ha dispuesto la Iglesia, no sólo ratifican su existencia, sino que dan garantías de su importancia para nuestra época y las futuras. Y es que el sabiduría de Santo Tomás ha trascendido su propia época, convirtiéndose en maestro de todo hombre.
Entender la educación como una continuación de la procreación es una idea muy presente en la Pedagogía de Santo Tomás, ya que para él, la educación viene a perfeccionar lo que se inició en la procreación, y El matrimonio está primordialmente determinado para el bien de los hijos, que consiste no sólo en engendrarla, para lo cual no es necesario el matrimonio, sino además en promoverla al estado perfecto, porque todas las cosas tienden naturalmente a llevar sus efectos a la perfección; "promover a la prole hasta el estado perfecto del hombre en cuanto hombre, que es el estado de virtud". Con esta definición educación intenta conseguir promover al niño hasta el "estado perfecto del hombre en cuanto hombre".
Explica Santo Tomás, para la adquisición de la ciencia y la sabiduría es necesario que las personas que desean tenerla, posean una virtud previa, que es la estudiosidad. Es ésta una virtud moral, que disciplina el afán de conocer. La estudiosidad pone la verdad como auténtico objeto del conocer y, por ende, del educar, evitando caer en el vicio de la curiosidad.
Para Santo Tomás, hay que educar para ser adulto, cuando uno deja de estar bajo la tutela de los padres, se supone una madurez, que queda determinada, por la virtud de la prudencia. Efectivamente, la indigencia de la prole debe ser satisfecha tanto por la crianza como por la educación; y en ese sentido, la crianza terminará cuando el niño ya pueda valer por sí mismo en el orden físico, y la educación cuando se valga por sí mismo en el orden intelectual y moral. El "estado de virtud" que propone el Aquinate como fin de la educación lo podemos calificar ahora, en consecuencia, como una mayoría de edad.
La filosofía en Tomás de Aquino siempre ha sido ligada al servicio de la teología. Utiliza la filosofía no solamente para llegar al establecimiento de verdades y principios teológicos, sino que cualquier tema por él desarrollado se adapta al cuerpo de la doctrina católica. Dios como creador de todo lo existente es el eje de la filosofía de Tomás de Aquino. Su inquietud es la de lograr pruebas racionales que demuestren su existencia, sin tener que recurrir a principios teológicos.
En su teología natural el primer objetivo que se plantea Tomás de Aquino es la demostración de la existencia de Dios. La teología tiene cono finalidad estudiar las verdades divinas, sin hacer uso de la fe, y entre la primera y suprema verdad nos encontramos con la de su existencia.
Para Aquino, las pruebas de la existencia de Dios, son necesarias y posibles. Necesarias porque no admitía la doctrina de la iluminación agustiniana, pues el hombre no tiene idea de Dios de manera innata, de aquí la necesidad de su demostración. Y la existencia de Dios es posible ya que, partiendo de la propia realidad, el hombre puede alcanzar el conocimiento divino de un modo natural.Para demostrar la existencia de Dios, tiene como referencia el argumento ontológico utilizado por San Anselmo, el cual considera que no todas las personas pueden entender que Dios sea aquello infinito, inconmensurable que tenemos entre nuestros pensamientos. Aquino en la "Summa contra gentiles" y en la "Summa teologica", critica este argumento, pues según él se produce un salto legítimo que consiste en pasar del mundo ideal o del pensamiento al hecho evidente de la misma existencia real, o sea de la divinidad.Las pruebas de la existencia de Dios no pueden darse a priori, como defendían San Agustín o San Anselmo, sino que a posterior, a través del mundo creado y percibido. Tomás de Aquino era consciente de que no se podía llegar a un conocimiento exacto de la divinidad partiendo de lo corporal o empírico, ya que los objetos de los sentidos no describen perfectamente la naturaleza divina, pero de lo que sí estaba seguro era de que sí que se podía demostrar la existencia divina. doctordelaiglesia.blogspot
ww.andaluciaeduca.com/hemeroteca/ae_digital21.pdf – i teresante.
- Ignacio
de Loyola, recomienda en su orden el ejercicio físico.
- Luis
Vives, que promulgaba la creación de gimnasios y defendía que la EF servía
para endurecer el cuerpo y tonificar el alma. La
EF es el camino para mejorar el alma y la mente.
- Mercurialis,
quien recopila en un atlas ilustrado los ejercicios de la antigüedad.“Ars
Gymnástica”
- Vittorino
Da Feltre, iniciador de la práctica de la EF. en su “casa Giocosa” en Mantua 1423. Era una escuela
cuyos objetivos eran tantomorales como intelectuales y físicos en los que se practicaba la gimnasia
griega y juegos populares con una metodología recreativa y de ejercicio físico.
Victorino de Feltre
[951](1378-1446) |
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Pedagogo humanista, de nombre
Vitorino Rambaldone, nacido en Feltre, cerca de Venecia, de una familia
humilde.
Preceptor particular después de una buena y amplia formación, que él mismo tuvo que procurarse. Abrió diversos Centros autónomos de educación en Milán, Venecia y Mantua. El de Mantua, llamado "La Giocosa" acogió estudiantes de media Europa por el gran prestigio que tuvo, debido a los sistemas liberales, eruditos y naturales que empleaba. De portentosa facilidad para exponer su pensamiento, su sistema fue modelo del estilo renacentista, que se distinguió por buscar la educación completa de la persona desde las artes y las letras. Con todo, en su sistema lo religioso y lo moral tuvo la primacía, pero siempre armonizado con la importancia otorgada a las ciencias naturales, a las expresiones artísticas y a los ejercicios corporales, reforzado todo ello con la práctica de las virtudes más selectas. Se le considera el mejor exponente de la pedagogía humanista y un precedente de la educación activa de Pestalozzi. |
||||
fue
e l pedagogo italian o mas original, er a un humanista cristiano, e l prime r
educador del renacimient o italiano , tenia
ideas
novedosa s par a la época.
Fue
llamad o para educar a los hijo s de l princip e de Mantua y dirigi r una
escuela dentro d e nuevo s ideale s
humanísticos.
El
instituto , mode l ad o con el espírit u del renacimiento, fu e una verdadera
escuela nueva, reuniend o sus nuevos
métodos
pedagógico s co n las finalidade s d e la educación tradicional y cristiana, e
n s u escuela, reinab a un clima de
alegría
y libertad , corrigi ó abusos corrientes d e la época; desterr ó manjares
delicados , l a comida era sencilla y
frugal,
a l igua l que vestidos y muebl e s
. Pensaba que los ejercicios
físicos , influía n saludablemente sobre e l alma y
les
di o gra n importancia.
Sus
alumno s era n ejercitados e n danza, instrumento s d e música y canto; e n la
primavera interrumpían las clase s
para
dar paseos interesante s y largo s recreos .
Propuso
varios estudio s a l mi smo tiempo, par a que el espiritu descansara con la variedad de los asuntos , alabab a la
enciclopedia
de los griegos , porque la ciencia y l a educación se componen de numerosas
disciplinas , y es
conveniente
conocerla s para discurri r sobre ella s e n s u oportunidad.
Todo,
e n su sistema, tiende al desarroll o de l a razón, a pensar. Procuró todos lo
s medios para que su enseñanza fuera
arráyente.
Prodigaba cuidados especiale s a los meno s dotados , exigí a una atenció n
sostenida.
Los
ejercicio s escritos s e hacían con sumo
cuidado, y el maestro les corregía. A diario los alumnos asistía n a mi sa en
la
capilla de l a casa.
Era
inflexible respecto a la decencia y lo s bueno s modales . Pretendía conocer a
fondo a su s alumnos , as i qu e lo s
dejaba
en plen a libertad d e acció n en las relaciones qu e tenían con el.
Se
informab a sobre las condicione s de sus familia s para descubir las influencia
s d e la herencia, de l atavismo ,
y
escoge r las actividade s a desarrollar y la s artes a dedicarse.
En
l a escuela habia ardor para el bie n y afició n al estudio , po r medio de
alabanzas dada s oportunamente ,
cultivándose
con cuidado e l sentid o del hono r y e l afá n de gloria.
Los
castigo s repugnaba n a s u mod o de ser , po r eso lo s aplicaba en caso de
extrema gravedad.
Creia
que era preferible preveni r las falta s mediante un a disciplina prudente.
La
bondad inteligente , combinad a con
firmeza, er a el mejo r sosten de l a cultura moral.
El
afect o dominaba en est e sistema, uniendo a maestros y discípulos .}
LUIs
VIVES
J
|
uan Luis Vives es un hombre
de encrucijada. Por su circunstancia histórica, Vives es un hombre de
transición, está entre un siglo que muere y otro que nace. Pero la razón que
motiva este escrito y mi interés por este personaje es su gran labor en el
ámbito de la pedagogía. Ante el espectáculo de una sociedad cristiana que se
desintegra política y socialmente, su sensibilidad de intelectual cristiano
reacciona en dos sentidos: uno se expresa en la denuncia de las estructuras que
él estima viciadas y en su conveniente depuración; el otro está presidido por
una intención inequívocamente restauradora. El recurso a la pedagogía expresa
sobre todo su intención restauradora. Toda la obra de Vives está penetrada y
presidida por esta doble finalidad: crítica y pedagógica; la primera tiene un
sentido diagnóstico e instrumental; la segunda presenta un carácter sustantivo
• Para Vives, el fin
último de la educación es Cristo; nos enseña que todo lo hemos de referir a
Cristo y todo a él se ha de enderezar; y tres van a ser los puntos que debe
meditar el hombre mientras viva: saber bien, hablar bien y obrar bien
Psicología pedagógica
No sólo su obra más importante y original, el Tratado
de las disciplinas, es de carácter estrictamente pedagógico, sino que,
además, su segunda obra en importancia y valor de actualidad, el Tratado
del alma, constituyen el fundamento psicológico de su pedagogía.
La crítica moderna coincide sustancialmente en
señalar que lo más valioso y actual de la producción de Vives es su obra
psicológica y, de modo particular, el valor y atención a la intuición (de lo
particular a lo general).
El reconocimiento y empleo consciente de la
inducción como método de investigación, aplicado especialmente a los problemas
psicológicos, hacen de Vives un verdadero precursor de la psicología actual,
pudiéndosele adjudicar, tal vez, la consideración de padre de la psicología
pedagógica. Para conocer adecuadamente el proceso de aprendizaje de la persona,
Vives va a establecer lo que denomina “el examen de ingenios”, que constituye
la base de la orientación escolar y profesional.
En tal sentido, propone que el niño se quede en el
colegio uno o dos meses para que sean exploradas sus dotes intelectuales y
morales. Propone también que los maestros se reúnan en secreto cuatro veces al
año para cambiar impresiones acerca de las posibilidades de sus alumnos. Vive
afirma que el juego y las operaciones matemáticas son ejemplos de magníficos
reactivos (hoy les llamaríamos ‘test’) para explorar el ingenio y destaca con
énfasis el papel decisivo del docente en la educación del discente.
La importancia que Luis Vives concede a la práctica
en la adquisición de conocimientos y de hábitos se patentiza en estas palabras:
“No tanto se sabe lo que recibimos por una callada contemplación como lo que se
nos trasmite por el ejercicio y el uso”.
Pedagogía diferencial
Los sectores diferenciales a
los que dedica especial atención son dos: la formación del gobernante y la
educación femenina.
La formación del gobernante
tenía ya una rica tradición pedagógica en los abundantes tratados sobre la
educación de príncipes. Vives no dedica un tratado especial a este tema, pero
sí abundantes observaciones y sugerencias dispersas en sus obras de carácter
moral y político-social, como la Escolta del alma, la Introducción
a la sabiduría, Sobre la concordia y discordia, etc. A todo
esto hay que añadir que la preocupación de Vives no se agota en el tradicional
planteamiento de la formación personal del gobernante, sino que apunta a una
educación popular, planeada, dirigida y realizada por una política pedagógica
de largo alcance y de moderno estilo.
La pedagogía femenina le
mereció a Vives una atención destacada. Le dedicó dos tratados: La
educación de la mujer cristiana Los deberes del marido, aunque
en su concepción del papel y la educación de la mujer, Vives se mueve
sustancialmente en la línea de la tradición cristiana.
En síntesis, él se propone
formarla para la vida; la vida de entonces. En esta formación entran tres
ingredientes fundamentales: la virtud y las
costumbres, la preparación profesional específica de la mujer
(profesional del hogar) y la cultura.
A Vives no le parece bien
que la mujer ejerza actividades públicas, como dirigir escuelas y hablar en
público, pero sí le parece conveniente y provechoso un moderado conocimiento de
la naturaleza y de las primeras letras, que ella deberá enseñar a sus propios
hijos pequeños
Metodología heurística y
didáctica
Uno de los saludables
efectos que siguen a la profunda crisis que se producirá en la Europa del s. XVI
es la viva conciencia de la necesidad de una renovación de los métodos de
investigación y de enseñanza. Anunciando esa crisis y preludiando esta
preocupación es donde radica el mérito de Juan Luis Vives.
En efecto; Vives busca para
la restauración del método un apoyo firme en la realidad: la inteligencia no
debe trabajar en el vacío, debe aplicarse a los contenidos y no quedarse en el
formalismo de las palabras, que no son sino un vehículo que debe transportarnos
hasta la realidad. Los puntos clave de referencia han de ser las cosas y las
necesidades vitales, a las que, lógicamente, deben ordenarse las artes y
disciplinas. En este sentido, puede decirse que Vives es el primer
representante del realismo pedagógico moderno.
Si se analiza con cierto
detenimiento el contenido de la formación propuesta por Vives, se descubre que
responde a una síntesis de tres elementos: el filológico, el científico y el
filosófico-teológico, de donde se desprende que la formación y la dialéctica
son instrumentos al servicio de las disciplinas reales.
Además del contenido de la
enseñanza, también se va a preocupar de la función docente y las didácticas
especiales.
Las tres condiciones básicas
que Vives reclama para la figura del maestro son las mismas que se exigen hoy:
competencia científica (conocimientos claros y profundos), capacidad pedagógica
(saber enseñar) y pureza de costumbres (persona de vida normal).
De la personalidad y la competencia del maestro espera muchas cosas:
capacidad para adaptarse y adaptar la enseñanza al nivel y al ritmo del
aprendizaje del alumnos, tacto y ponderación necesarios para la motivación y
especialmente para la administración de los premios y castigos, y el
mantenimiento de la disciplina.
Organización pedagógica
Hay también en el Tratado
de las disciplinas un libro dedicado al estudio de una serie de
cuestiones relativas a la organización escolar y política docente. Estas
cuestiones pueden agruparse en torno a tres temas principales:
- la escuela: emplazamiento y condiciones materiales,
- organización interna de la escuela: régimen escolar,
- relación de la escuela con
la comunidad.
Sin entrar en una
descripción pormenorizada conviene destacar algunos puntos. Son los relativos al planteamiento
público de la enseñanza y los problemas que atañen a la organización pública de
la misma: el establecimiento racional de centros docentes en toda la geografía
del país, la preparación y selección de los maestros, el carácter temporal de
la cátedra, etcétera.
Éstos son los cuatro pilares
básicos en los que se desarrolla la propuesta pedagógica del insigne humanista
valenciano Juan Luis Vives.
www.gibralfaro.uma.es/educacion/pag
En los años siguientes a la muerte de Ignacio, no todos los jesuitas estaban de acuerdo
en que el trabajo en los Colegios era una actividad propia de la Compañía de
Jesús; la disputa duró hasta bien entrado el siglo XVII. Sin embargo, el
compromiso de los jesuitas en la enseñanza siguió creciendo a ritmo rápido. De
los cuarenta Colegios que Ignacio había aprobado personalmente, treinta y cinco
estaban funcionando cuando él murió, aun cuando el número total de miembros de
la Compañía de Jesús no había llegado todavía a los mil. En el espacio de,
cuarenta años, el número de Colegios alcanzó los 245. El desarrollo prometido
de un documento que resumiera los principios comunes a todos los colegios
jesuíticos era ya una necesidad práctica.
Los sucesivos Superiores de la Compañía promovieron un
intercambio de ideas basadas en experiencias concretas, en forma tal que, sin
faltar al principio de Ignacio de atender las "circunstancias de tiempos,
lugares y personas", se pudieran desarrollar un curriculum básico, y unos principios pedagógicos generales que
provinieran de esta experiencia y fueran comunes a todos los Colegios de la
Compañía. Hubo, pues, un período de intenso intercambio entre todos los
Colegios.
Los primeros borradores de un documento común se
basaban, como Ignacio había deseado, en las "Reglas del Colegio
Romano". El General P. Rodolfo Aquaviva nombró una comisión internacional
formada por seis jesuitas; se reunieron en Roma para adaptar y modificar estos
borradores provisionales, partiendo de la experiencia de las diversas partes
del mundo. En 1586 y, de nuevo, en 1591, este grupo publicó borradores más
completos que fueron ampliamente difundidos para su comentario y corrección.
Sucesivo intercambio, reuniones de la comisión, y trabajo de redacción
llevaron, finalmente, a la publicación de la
"Ratio Studiorum", el 8 de enero de 1599.
En su redacción final la "Ratio Studiorum" o
"Plan de Estudios o Razón de ser de los Estudios", de los Colegios
Jesuíticos, es un manual para ayuda de profesores y directivos en la marcha
diaria del Colegio ;contiene una serie de "reglas" o directrices
p4rácticas que se refieren a materias como elgobierno general del Colegio, la formación y distribución de profesores, los programas, o los métodos de enseñanza. Como la Parte IV de las
Constituciones, no es tanto un trabajo original, cuanto una buena colección de
los métodos educativos más eficaces de aquel tiempo, experimentados y adaptados
a los fines de los Colegios de la Compañía.
Hay pocas referencias explícitas a los principios
subyacentes que dimanan de la experiencia de Ignacio y sus compañeros, y que se
fijaron en los Ejercicios Espirituales y en las Constituciones ; tales
principios habían sido expresados en las primeras versiones, pero fueron
sobreentendidos en laedición final de 1599. La relación entre maestro y estudiante,
por tomar solo un ejemplo, debía reflejar la relación entre el que da los
Ejercicios y el que los recibe ; puesto que los autores de la Ratio, así como
la mayoría de los educadores de los Colegios eran Jesuitas, esto podría
fácilmente presuponerse. Así y todo, aunque no se mencionase explícitamente, el
espíritu de la Ratio, como el que inspiró los primeros Colegios Jesuíticos, era
expresión clara de la visión de Ignacio.
El proceso que llevó a la redacción y publicación de
la Ratio produjo un sistema" de Colegios, cuya fuerza e influencia radicaba en el espíritu común,
que se había desarrollado en principios pedagógicos comunes, basados en la
experiencia y corregidos y adaptados por medio de un constante intercambio. Fue
el primer Sistema Educacional de este tipo, que el mundo había conocido.
El sistema se desarrolló y enriqueció durante más de
doscientos años, pero tuvo un brusco y trágico final. Cuando la Compañía de
Jesús fue suprimida por una Bula Pontificia en 1773, fue prácticamente
destruida una red de 845 instituciones educativas extendidas por toda Europa, las Américas, Asia yAfrica. Solamente unos
pocos colegios de jesuitas quedaron en territorio ruso, donde la
supresión nunca llegó a tener efecto.
Cuando Pío VII decidió restaurar la Compañía de Jesús
en 1814, una de las razones
que dio para su determinación fue que "la Iglesia Católica puede gozar, de
nuevo, del beneficio de su experiencia educativa". El trabajo educativo,
de hecho, comenzó casi inmediatamente, y poco después, en 1832, se publicó una
edición experimental revisada de la Ratio Studiorum, pero nunca fue
definitivamente aprobada. Las turbulencias de la Europa del siglo XIX, marcada
por revoluciones y frecuentes expulsiones de los jesuitas de varios países -y,
consiguientemente, de sus Colegios- impidieron una renovación de la filosofía y pedagogía de la educación jesuítica. Con bastante frecuencia la
Compañía estaba dividida y sus instituciones educativas eran utilizadas como
apoyo ideológico de una u otra parte de las naciones en guerra. A pesar de todo, en medio de situaciones difíciles,
los Colegios de la Compañía comenzaron nuevamente a florecer, de manera
especial en las naciones, que entonces se desarrollaban, de las Américas,
India, y Asia Oriental.
El siglo XX, especialmente en los años posteriores a
la segunda guerra mundial, trajo un espectacular aumento en el tamaño y número
de las instituciones educativas de la Compañía. Los decretos de las diversas
Congregaciones Generales, particularmente las aplicaciones del Concilio
Vaticano II incorporadas al decreto 28 de la Congregación General 31,
esparcieron las semillas de un espíritu renovado. Hoy día, el apostolado
educativo de la Compañía se extiende a más de 2.000 instituciones de una
increíble variedad de tipos y niveles. 10.000 jesuitas trabajan en estrecha
colaboración con casi 100.000 seglares para educar a 1.500.000 jóvenes y adultos
en 56 países en todo el mundo.
La educación de la Compañía hoy no constituye ni puede
constituir el "sistema" unificado del siglo XVII; y, aunque no pocos
principios de la Ratio original conservan actualmente su validez, el curriculum
y la estructura uniformes, impuestos a todos los centros educativos del mundo, han sido
sustituidos por las distintas necesidades de las diferentes culturas y
confesiones religiosas y por el perfeccionamiento de los métodos pedagógicos,
que varían de una cultura a otra.
Esto no significa que el "sistema" educativo
de la Compañía no sea ya una real posibilidad. El espíritu común y la visión de
Ignacio fueron los que hicieron posible que los Colegios de los jesuitas del
siglo XVI desarrollaran unos principios y unos métodos comunes; pero fue el
espíritu común, unido a una finalidad también común, lo que creó el
"sistema" escolar jesuítico del siglo XVII, tanto o más que los
principios y métodos más concretos recogidos en la Ratio. Este mismo espíritu
común, juntamente con las finalidades básicas, los objetivos y las líneas de acción que se derivan de él, pueden
ser una realidad en todas las escuelas de la Compañía hoy, en todos los países
del mundo, aun cuando las aplicaciones más concretas sean muy diferentes y
muchos de los detalles de la vida escolar vengan determinados por factores
culturales diversos y por otras instancias exteriores.
Martin
lutero.
Aspectos generales de la educación luterana:
La educación es un camino hacia la
condición esencial
humana (condición de invitado en el Mundo).
Todos deben recibirla por igual de manera obligatoria.
El Estado es el encargado de masificar la educación.
La preparación profesional es necesaria,
pero no es
suficiente.
La Biblia es la fuente central del proceso educativo.
Educación básica: enseñanza del latín y de la Biblia.
I etapa: vocabulario y rudimentos gramática.
II etapa: gramática y lectura de clásicos (fábulas de Esopo).
III etapa: Virgilio, Ovidio, Cicerón, lógica y retórica.
Todas las etapas: Memorización de fragmentos de la Biblia.
Todas las etapas: aprendizaje, en paralelo, de un oficio.
Educación universitaria: lenguas y más Biblia.
Lenguas bíblicas: latín, hebreo, griego.
Clásicos en griego y latín (Homero, Virgilio, Ovidio, etc.).
Artes liberales: trivium y cuadrivium.
Teología
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